Hay una percepción adelantada de la comunidad médica y ciudadana de la nueva reforma en materia de salud, si bien no se puede asegurar que va, así como lo manejan las protestas de privatizarla, pero tampoco se ha desmentido oficialmente.
En los ambientes federales de las políticas de salud hasta donde se puede indagar hay un coqueteo prácticamente con los estudios que plantea la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pero todavía no hay una decisión dícese que se esperan más reacciones para medirle bien el ‘agua a los camotes’.
Si bien es cierto que de acuerdo a la (OCDE) en su estudio plantea sobre el sistema de salud en el país que contamos con un sistema ineficiente e indiferente a las necesidades de la población.
El estudio pulveriza casi todo lo que está establecido, desde su organización hasta sus cuadros básicos, no le gusta muchas cosas en la que ha operado el sistema de salud, no obstante, reconoce ligeramente algunos avances y beneficios a la población.
Plantea que unos de los principales diques que se enfrenta este sector y son los más perniciosos señala, es el desvío de recursos que es objeto, así también el subsistema en cómo está dividido, el ISSSTE, IMSS, y ahora el Seguro Popular.
Que por consiguiente al ser diferentes casi todos, pues trae resultados diferentes a la población, sin poder equilibrar los problemas.
Y refiere que su vida obedece más a las acciones estrictas por legados históricos e institucionales, en vez de a uno que responda a las necesidades cambiantes de las necesidades de los individuos con sus comunidades, a lo largo de sus ciclos de vida.
Reconoce el porcentaje de pobreza que vive el mexicano, también reconoce la desigualdad, aunque según ha disminuido y poco presupuesto para el combate a la salud, según destina el en la actualidad el 6.2% (2013) del PIB a la salud, menos que el promedio de la OCDE de 8.9%.
Finalmente, dentro de sus propuestas señala que cree una autoridad paralela de supervisión y mejora de la calidad independiente a la Secretaría de Salud, para que sea más eficaz.
Pide también que se realicen convenios entre diferentes instituciones para mayor coordinación ante los embates de las enfermedades, ya que de plano acepta que en estos momentos será muy difícil una reforma estructural a grandes dimensiones.
Pero aquí llega el punto toral de la discusión, aunque lo hace de manera de recomendación y con mayor sutileza, pero al final como todos dicen daña de acuerdo a las protestas de los médicos y algunos ciudadanos.
Recomienda que según tendría sentido estandarizar la atención y los precios de los servicios de alto costo, como la diálisis renal, o la atención del (VIH), o enfermedades degenerativas como la diabetes.
Se cree la fijación de precios de paquetes de cada una de esas enfermedades que generan alto costo a las políticas de salud, según de acuerdo a la experiencia internacional.
Por último, puede observarse que hay grandes contradicciones o quizás trampas de la (OCDE), sí reconoce que hay pobreza en los ciudadanos y niveles de marginación de los indígenas en el país, ¿Por qué quiere cobrar a unos trabajadores o ciudadanos pobres, que si pierden el trabajo se van al Seguro Popular?
Nunca recomienda que se combata el desvío de recursos, no así que se destine más del PIB en el presupuesto de salud.