La Sombra de CAPAMA…

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Por: Enrique Villagómez

Hablar de corrupción en Capama no es nada nuevo. Y no lo es porque para hacerlo habría que remitirse a los tiempos de cuando el ahora flamante dirigente del PRI municipal, Fermín Alvarado Arroyo, se despechaba con la cuchara grande en ese organismo.

Los resultados del estado financiero que sobre Capama presentaron pomposamente los diputados Samuel Reséndiz (PRI), Mauricio Legarreta (PVEM) y Ricardo Mejía Berdeja (MC), no es más que un reflejo de la desesperación política que tienen por ganar reflectores rumbo al 2018.

Para comenzar, alguien debería haberle dicho al bisoño legislador tricolor, que la mayor parte de ese colapso financiero que hoy enfrenta Capama, tuvo su origen precisamente en las malas administraciones municipales que condujo su partido, especialmente aquellas que encabezo su mentor Manuel Añorve Baños.

Como presidente de la Comisión de Transparencia en el Congreso del Estado y con la “preocupación” que alardea por encontrar y castigar culpables en el asunto de Capama, el diputado Samuel Reséndiz, está comprometido y obligado a que su inusitado “interés” también revise las tropelías que cometió su jefe político para que encuentre las respuestas que busca.

Para nadie fue un secreto que durante años esa paramunicipal se utilizó como “caja chica” por el alcalde en turno, e incluso sirvió para refugiar laboralmente a muchas “asistentes” del llamado “toro sin cerca”.

Al diputado Naranja Ricardo Mejía Berdeja, parece que nadie le dijo que su líder moral Luis Walton Aburto, en mayo del 2013, declaro que “la quiebra de Capama tenía sin agua a medio Acapulco” y que sus finanzas enfrentaban una “situación crítica” por los millonarios adeudos que tenía con diversos proveedores entre ellos la Comisión Federal de Electricidad (CFE), quien por cierto les corto la luz varias veces “por falta de pago”.

¿Sería interesante saber porque la administración Naranja no paso más allá de la cuestión mediática contra el gobierno que los antecedió, será acaso que desde ese entonces ya mantenían negociaciones para trabajar desde lo oscurito?

Por si fuera poco, al diputado verde Mauricio Legarreta Martínez, se le olvido que cuando fue regidor y miembro del Consejo de Administración precisamente de Capama en 2013, durante una sesión de cabildo denunció que “la situación financiera que enfrentaba esa paramunicipal por millonarios adeudos, juicios y laudos laborales, vislumbraban un panorama muy oscuro para el municipio”.

Y detalló que “dentro de esas deudas que mantenía el organismo estaban 38 millones de pesos a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), 30 millones de pesos retenidos al ISSSTE correspondientes al periodo del 2005 al 2008, 79 millones de pesos por juicios laborales y 28 millones de pesos por laudos”.

Aquí cabría preguntarle al diputado fumador ¿Por qué si ya tenía todos esos todos antecedentes de la corrupción en Capama, porque espero 4 años para sacar a flote el tema?  ¿Acaso será por sus burdas y fantasiosas aspiraciones de pretender ser alcalde? ¿O quizás por estarle pagando el favor político a quien le regalo la regiduría y su actual curul?

Lo cierto es que mientras son peras o manzanas, el escupir al cielo no les redituara más que una simple llamarada de petate para los tres alegres compadres en su obsesiva búsqueda de la alcaldía porteña.

Fuera de eso no pasara nada. La actual administración saldrá y quizás vendrán otros colores políticos que como antes lo hizo Zeferino Torreblanca, Félix Salgado y el propio Luis Walton Aburto, lanzaran acusaciones a diestra y siniestra contra sus antecesores, pero la complicidad por el desaseo financiero continuara porque no hay quien se resista a ello.