A 50 años de los hechos ocurridos en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, diputados locales se pronunciaron porque nunca más se produzcan actos como éstos, y reconocieron que, en el caso de las víctimas, urgen medidas de memoria y justicia.
En la sesión de este martes, al intervenir en relación con el 50 Aniversario del Movimiento Estudiantil de 1968, los diputados Arturo Martínez Núñez y Bernardo Ortega Jiménez coincidieron en que los atropellos que el Estado ha ocasionado a los movimientos sociales “son de impacto y marcan a generaciones, pero que, sobre todo, no se ha hecho justicia ni castigado a los responsables”.
El diputado Arturo Martínez Núñez dijo que el 68 fue la revolución mundial de la juventud, que irrumpió como protagonista y actor de la historia y de la política. “Después del aplastamiento militar, en Guerrero y en otras partes del mundo, miles de éstos siguieron congruentes con sus empeños libertarios y revolucionarios mediante procedimientos de masas; cientos se incorporaron a las actividades subversivas urbanas y rurales”, afirmó.
El diputado por Morena manifestó que Guerrero fue escenario de las peores barbaridades, de los repudiados actos de guerra de exterminio, cuyo saldo es terrorífico en la cantidad de desaparecidos, de ejecuciones extrajudiciales, presos y perseguidos políticos. “Hoy gracias a las semillas de la libertad y democracia se honra la presencia de la generación del 68 y de las batallas libradas a lo largo y ancho del país”, externó.
Por eso se pronunció por un decreto de memoria, justicia y reparación integral de agravios, según los principios básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones de derechos humanos, que entre otros estipula: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción, investigación y amplia difusión de los hechos, cesación de violaciones, declaración oficial del Estado reconociendo los hechos, conmemoración, garantías de no repetición y la amplia difusión de la verdad sobre los sucesos.
Por su parte, el diputado Bernardo Ortega Jiménez refirió que el movimiento de 68 es un fantasma mexicano más, de los muchos que persiguen a las luchas sociales, pero que éste cambió la visión de revuelta a revolución social.
El legislador por el Partido de la Revolución Democrática dijo que los movimientos sociales como el estudiantil de 1968, han marcado la historia de México.
Finalmente, manifestó que los atropellos que el Estado ha ocasionado a los movimientos sociales son de tal impacto que marcan a generaciones, sobre todo porque no se ha obtenido justicia, ni castigo a los responsables.