¡Jálalo que es pargo!… Nunca dejar de intentarlo

A cada tropiezo siempre habrá una nueva oportunidad para levantarse y volverlo a intentar, una y otra vez, hasta lograrlo.

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Por Jacko Badillo

Dos acontecimientos ocurridos este domingo cimbraron el mundo deportivo nacional, pero más allá del asombro por los resultados obtenidos, la enseñanza que debemos tomar de ambos es que nunca, nunca, debemos de renunciar a nuestros sueños, de que aún en contra de la adversidad hay que luchar con todas nuestras fuerzas para salir adelante y que solamente fracasamos en un propósito cuando dejamos de intentarlo.

Nuestro compatriota Sergio Pérez obtuvo un triunfo histórico en la Fórmula 1 al ganar el Gran Premio de Sakhir, allá en las lejanas tierras del Medio Oriente. El gran Checo hizo historia para nuestro país, pues además de ser el primer campeonato en su trayectoria deportiva, nadie en 50 años había logrado tal hazaña, después de que en 1970 el piloto mexicano Pedro Rodríguez ganara el Gran Premio de Bélgica. Le costó mucho, tuvo que sortear diversos obstáculos a lo largo de la carrera, pero vino de atrás y se alzó con el triunfo. 

Por la noche, los Pumas de la UNAM dieron la sorpresa del año en el futbol profesional, pues luego de perder su partido de ida por marcador de 4-0 en semifinales, lograron remontar la desventaja y a base de empuje y sacrificio consiguieron igualar el marcador, suficiente para eliminar al rival y colarse a la gran final, siendo que prácticamente todos desde el partido de ida los daban por eliminados.

Sin duda dos ejemplos de tenacidad, de coraje, determinación y de un gran trabajo en equipo en ambos casos, pues no hay que olvidar que atrás del piloto mexicano hay un grupo de personas que se la rifa en los pits mientras él lo da todo al volante. En los Pumas ni se diga, tienen el respaldo de toda una institución que hoy debe sentirse orgullosa de este gran logro.

Solamente quienes hemos tenido la oportunidad de representar a nuestro país y gracias a Dios salir victoriosos en competencias internacionales, sabemos la profunda emoción que se siente al escuchar las notas de nuestro glorioso himno nacional en tierras extranjeras, como seguramente lo experimentó Checo Pérez y eso es algo que nos llena de orgullo.

Esa es y ha sido nuestra mística, nunca rendirnos, nunca perder la fe, con esa mentalidad de que a cada tropiezo siempre habrá una nueva oportunidad para levantarse y volverlo a intentar, una y otra vez, hasta lograrlo. Por eso no tenemos duda de que en el 2021 Acapulco lo va a lograr.

Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!