Por Jacko Badillo
Se acerca la fecha en que la presidenta municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo, entregará la estafeta a la alcaldesa electa, Abelina López Rodríguez, en lo que será el segundo periodo consecutivo de gobierno de Morena en el municipio más importante de Guerrero y uno de los más significativos a nivel nacional.
Tuve la oportunidad de acudir, invitado por la presidenta Adela, a su tercer y último informe que por causa de la pandemia se realizó de manera virtual para no exponer a los ciudadanos a más contagios, y ahí pudimos constatar los enormes esfuerzos que durante los últimos tres años ha tenido que hacer junto a su equipo de trabajo para sacar a flote ese barco que a cada paso amenaza con hundirse.
Y es que en realidad se dice fácil, pero gobernar Acapulco, como coloquialmente reza el dicho, “no es enchílame otra”. Problemas financieros, de servicios públicos, sumemos la emergencia sanitaria por la pandemia del Covid-19 y, por si fuera poco, los fenómenos naturales.
Sin duda un reto enorme para nuestra amiga Abelina López, quien asume a partir del primero de octubre su mandato, para el cual seguramente a estas alturas ya tiene configurado el equipo de trabajo del que habrá de rodearse para poder hacerle frente, imprimiendo desde luego su sello personal, que de antemano no dudamos será en la misma ruta de consolidar la Cuarta Transformación en Acapulco.
En ese mismo evento tuve también la oportunidad de saludar a la alcaldesa electa y es evidente que trae mucho ánimo por servir a los acapulqueños, y aquí es donde nosotros como ciudadanos debemos conjuntar esfuerzos, entender que quien gobierna no puede solo, hace falta la participación de la sociedad para que el barco se mantenga a flote. Hay que hacerlo.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!