Chilpancingo Gro; a 12 de octubre del 2020.- El diputado Moisés Reyes Sandoval presentó una iniciativa de adición al Código Penal del Estado de Guerrero para que en casos de separación temporal o definitiva decretada por un juez, se imponga prisión y multa al padre o madre que sustraiga a un menor sin el consentimiento de quien ostenta la custodia y sin que medie una resolución judicial.
La propuesta que analiza la Comisión de Justicia plantea reformar el artículo 211 del Código Penal del Estado, a fin de imponer de 3 a 6 años de prisión y de 20 a 60 días de multa, cuando el padre o la madre sustraiga y/o retenga a un menor con la finalidad de suspender, privar o impedir la convivencia con el progenitor que no ostente la guardia o custodia, sin el consentimiento de éste y sin que medie una resolución judicial.
El diputado por Morena recordó que ante la existencia de situaciones en donde los desacuerdos personales hacen imposible la convivencia entre los padres, el Estado se encuentra obligado a encontrar mecanismos que garanticen el derecho de los menores de edad a mantener relaciones personales y de trato directo con cada uno de sus padres, de forma regular, asegurando así la continuación de la convivencia familiar.
Manifestó que el hecho de que el menor no conviva con alguno de los padres aumenta notablemente la posibilidad de que tenga daños emocionales difíciles de revertir.
Por lo anterior, Reyes Sandoval enfatizó la importancia de evitar algún posible daño psicológico y que los padres asuman una responsabilidad absoluta respecto de sus hijos, pues el hecho de que se encuentren divorciados o separados, de ningún modo implica que no puedan ser excelentes guías paternales, incluso mejores que si vivieran juntos, por cuanto se encuentran obligados a compensar el terrible inconveniente que a los niños les produce la separación conyugal.
Agregó que los menores no deben ser inmiscuidos en los conflictos de sus padres, quienes deben asumir responsablemente su misión para seguir conviviendo con sus menores hijos, educándolos, inculcándoles valores y principios conductuales, libres de celos, resentimientos o envidias, fungiendo como verdaderos, plenos e íntegros padres.