Enrique Villagómez/Digital Guerrero
La reciente definición de Mario Moreno Arcos como el candidato de la alianza PRI-PRD a la gubernatura de Guerrero, puede considerarse -sin duda-, como el primer paso de una verdadera oposición que pueda disputar y cambiar con claridad, ese resultado preelectoral que durante meses ha favorecido a Morena, de acuerdo con diversas encuestas que se han realizado.
El segundo paso para concretar esa posibilidad radica en respetar el principal activo que permitió sentar las bases de esa alianza partidista, y que se refiere a impulsar a los cuadros mejor posicionados de cada partido en los municipios y distritos electorales, como es el caso concreto del perredista Víctor Aguirre para la presidencia municipal de Acapulco.
Y es que, a diferencia de cualquier otro actor político del partido que digan, Víctor Aguirre ha mantenido un constante recorrido de trabajo por barrios, colonias, unidades habitacionales y comunidades de todo el municipio, atendiendo y sobre todo resolviendo -en la medida de sus posibilidades económicas-, la diversa problemática que aqueja a la gran mayoría de quienes habitan en este destino de playa, y que se ha acrecentado sobre todo durante el último año debido a la pandemia del Covid-19.
Dotación de agua potable a través de pipas, insumos de la canasta básica a precios simbólicos, entrega de cientos de Tablets para que niños puedan tomar clases virtuales, así como la pavimentación e iluminación de calles, son apenas unas de las muchas acciones que Aguirre Alcaide lleva a cabo desde hace mucho tiempo, sin importar que sus beneficiarios simpaticen o no con su partido.
Este acercamiento permanente que ha tenido Víctor Aguirre con los ciudadanos, le ha valido que muchos otros traten de imitar esas acciones altruistas, pero que lejos de ocuparse y preocuparse verdaderamente por el bienestar de la población, solo buscan obtener beneficios electorales de ellos.
Afortunadamente, las personas identifican muy bien quien les ha respondido genuinamente en la atención a sus problemas, y quienes solo acuden con ellos para tomarse la foto y publicitarla en las redes sociales, o lo que es peor, exhibirlas groseramente en los “culos de los camiones o en costosos espectaculares” distribuidos por toda la ciudad.
Por eso reiteramos que, para que la alianza PRI-PRD pueda cerrar la pinza y convertirse en una opción ganadora el próximo 6 de junio, deben concretar y sobre todo respetar ese compromiso no signado de caminar juntos y de la mano, tanto por la gubernatura del estado como por la presidencia del municipio más importante de Guerrero.