Por: Francisco Javier Flores V.
Una de las principales virtudes del empresario acapulqueño Joaquín Badillo Escamilla es la congruencia entre el decir y el hacer, una característica muy escasa entre las figuras públicas hoy en día.
En su más reciente artículo de opinión semanal que se publica en diversos medios de comunicación, hizo hincapié en el hecho de que la paridad de género decretada por el Instituto Nacional Electoral en los cargos de representación popular no debe ser motivo de enfrentamiento entre hombres y mujeres.
Esto sobre todo aplica al interior de los partidos políticos, que es la arena donde deben dirimirse de manera civilizada estas cuestiones, decidir si va mujer o varón, para enfrentar fortalecidos las contiendas constitucionales.
Y la mejor prueba del postulado de Jacko Badillo fue el encuentro que sostuvo hace unos días con la diputada federal Abelina López Rodríguez, una de las féminas mejor posicionadas que se menciona pudiera abanderar al partido Morena y sus aliados, si se decidiera género mujer a la alcaldía de Acapulco.
Y es que en las más recientes encuestas, resultado de mediciones hechas por empresas prestigiadas y responsables, precisamente aparecen Joaquín Badillo y Abelina López como los mejor posicionados, de ahí el compromiso hecho por ambos personajes en ese encuentro de apoyarse mutuamente en caso de no ser favorecidos.
Es decir, si va mujer, el también presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Guerrero apoyaría con todo la aspiración de Abelina, y si por el contrario Morena decide que va hombre, el apoyo de Abelina será para Jacko Badillo, un acuerdo que sin duda demuestra la altura de miras de ambos personajes, además de que deja de manifiesto quiénes realmente son los que tienen posibilidades de ser candidatos.
Esta actitud debería ser ejemplo para otros actores políticos que aspiran a los diferentes cargos de representación popular, incluida la gubernatura, lejos de andar promoviendo la descalificación de adversarias o adversarios.
Así, al menos la candidatura de Acapulco por Morena y los partidos aliados, estaría prácticamente decidida, sin tantos pleitos que solamente dañan y al último terminan beneficiando a los opositores. Vale.