¡Jálalo que es pargo!… Astudillo, el último jalón

Desde el sector empresarial, uno de los aspectos que sin duda reconocemos en el gobernador Astudillo es el oficio político.

Anuncio

Por Jacko Badillo

Guerrero está enfilado ya en el último año de la administración que encabeza el gobernador Héctor Astudillo Flores, después de que hace algunos días rindiera ante el Congreso del Estado su Quinto Informe de Gobierno y emitiera un mensaje a la ciudadanía, de manera virtual, obligado por las circunstancias de todos conocidas, a causa de la pandemia por el Covid-19.

En medio de la emergencia sanitaria que nos mantiene en una de las peores crisis de que se tenga memoria, no solamente de salud, sino también económica y social, es de imaginarse los esfuerzos titánicos que debe de realizar de manera cotidiana el mandatario estatal para conducir junto con su gabinete el timón de un barco que se niega a naufragar enmedio de la tempestad.

Desde el sector empresarial, uno de los aspectos que sin duda reconocemos en el gobernador Astudillo es el oficio político con el que ha enfrentado problemáticas como la de la inseguridad y la violencia, estableciendo una adecuada coordinación con el gobierno federal para contener los embates de los grupos delincuenciales que en mala hora escogieron a Guerrero como centro de operaciones.

Ello, junto con el diálogo permanente con los diferentes grupos y organizaciones sociales, escuchando las inquietudes y haciendo lo que está a su alcance para ir dando solución a las demandas, han permitido que si bien no podemos decir que vivimos en el paraíso, al menos no tenemos un estado incendiado por grupos radicales que, sin embargo, de vez en cuando transgreden la legalidad y generan desorden.

Nada nos gustaría más que en este último jalón de su mandato, el gobernador anunciara medidas extraordinarias para apoyar el rescate de los micros, pequeños y medianos empresarios que se han visto golpeados severamente por la emergencia sanitaria de la cual aún no salimos; sería sin duda un buen colofón, se ganaría aún más el reconocimiento de quienes siguen confiando, esperando la mano amiga del gobierno, que si bien no los ha dejado morir solos, sí sienten que podría hacerse un esfuerzo extra.

Falta todavía un año, con empeño y sacrificio, pero sobre todo con buena voluntad, seguramente será posible lograrlo.

Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!