Por Jacko Badillo
La decisión del Instituto Nacional Electoral de aplicar la paridad de género en las candidaturas a gobernador en los 15 estados en que habrá elecciones para ese efecto el próximo año, no debe ser pretexto para enfrentar a hombres contra mujeres en la arena política.
Por el contrario, la interpretación hecha por el organismo rector en materia electoral de la ley que ya existe desde hace varios años debe verse como un acto de justicia al sector femenil, así como un avance en la democracia de nuestro país.
Como integrante y dirigente del sector empresarial en Guerrero, siempre hemos ponderado el importante papel que desempeñan las mujeres en todos los ámbitos sociales, y de manera especial en las empresas que modesta pero orgullosamente representamos, siempre les hemos dado su lugar.
La decisión de si en las candidaturas a gobernador, lo mismo que en las diputaciones federales y locales, así como las presidencias municipales, va hombre o mujer, será tomada al más alto nivel de los partidos políticos, por lo que a nivel local no queda más que esperar.
Mientras tanto, quienes de alguna manera hemos levantado la mano para participar en este proceso electoral que ya tenemos encima, lo que debemos procurar es esforzarnos por mantener la unidad, no fomentar el encono y aceptar lo que emane de los altos niveles, allá donde se toman las grandes decisiones.
La cuestión de género, lejos de dividirnos a hombres y mujeres, debe fortalecer ese lazo indisoluble que nos une, querámoslo o no, a esos seres que dan vida y que justamente han pedido, por años, igualdad de derechos.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!