“Existe correspondencia en un 99.99 por ciento de probabilidad de parentesco biológico”, dijo basado en resultados de los estudios técnico-científicos
Acapulco, Gro. 18 de Octubre del 2016 (IRZA). – El fiscal Xavier Olea Peláez informó que al confrontar los resultados de los estudios técnico-científicos practicados a los restos putrefactos de la mujer hallada asesinada el pasado 11 de octubre en las inmediaciones de la playa Majahua de Zihuatanejo con familiares (hijo y hermana) de la doctora Adela Rivas Obé, “existe correspondencia en un 99.99 por ciento de probabilidad de parentesco biológico”, caso en el que también “cooperó” la Procuraduría General de la República (PGR).
Dijo que las líneas de investigación que sigue la Fiscalía General del Estado por conducto de la Policía Ministerial y la Unidad Antisecuestros para el esclarecimiento del caso son dos: crimen pasional y porque la doctora investigaba en Petacalco la ausencia o desaparición de medicamentos controlados.
“Como consecuencia de ello, esa puede ser otra de las hipótesis, de que la gente que adquiría esos medicamentos pudiese haber tenido una rencilla con ella al estar investigando”; sin embargo, dijo que ya le pidió a su familia que le proporcionen información para dar a la “mayor brevedad posible” con los responsables del asesinato.
La mujer tenía tres o cuatro semanas de haber sido asesinada a partir del hallazgo, “por su descomposición, porque hubo rapiña por los animales que ahí existen, perros, tlacoaches, zopilotes. Se había perdido una mandíbula, que finalmente, gracias a Dios, la encontramos”, dijo el fiscal.
Aseguró que la investigación del caso empezó “dese el primer día que nosotros tuvimos conocimiento de la desaparición de la doctora” Adela Rivas Obé, directora del IMSS en la Costa Grande y originaria de Atoyac de Álvarez.
Mencionó que la mujer murió por un traumatismo craneoencefálico, aunque no han determinado con qué objeto se lo provocaron, pero dijo que pudo ser con un bate, la cacha de un arma, una piedra u otro objeto.
Acompañado por el vice fiscal José Antonio Bonilla, el fiscal Xavier Olea leyó un comunicado, mostró diapositivas del hecho y sólo permitió algunas preguntas.
Mencionó que “de las muestras obtenidas de los familiares, así como de las muestras del cuerpo de la persona fallecida, se obtuvieron los perfiles genéticos, los cuales al confrontarse dan un 99.99 por ciento de probabilidad de parentesco biológico”.
Dijo que “la víctima del delito era del género femenino, con una estatura de 1.55 m, de 52 años de edad, y como seña particular trabajos de ortodoncia (dientes). La información pericial dice que era del género femenino, de una estatura de entre 1.54 y 1.55 metros de estatura, edad de 50 a 55 años; seña particular, tratamiento de corrección dental en mandíbula, brackets, mismos que se encontraron en el maxilar superior”.
Mencionó que “las prendas de vestir de la doctora Rivas Obé era un pantalón azul marino, blusa tipo filipina color amarillo claro, al parecer gabardina, zapatos negros de la marca Flexi número de 3 o 3.5, lisos cruzados, tacón ancho, número 10 centímetros con pequeña plataforma y bolsa negra de piel lisa con unas asas largas, así como un brassier de tela color blanco, ropa interior femenina. Lugar de desaparición, Zihuatanejo, Guerrero”.
Reveló que investigan las últimas llamadas que recibió y que le hicieron previo a su desaparición, además de que la familia colaborará con mayores datos.
La doctora Adela Rivas Obé, desapareció en Zihuatanejo el pasado 22 de septiembre y el 11 de octubre la encontraron muerta y putrefacta, según el fiscal.