Por: Enrique Villagómez
Acapulco, Gro. 02 de Abril del 2017. – A pesar de que, durante los 3 primeros meses del presente año, se observó una reducción del 30 por ciento en las extorsiones y cobro de piso que sufre el comercio organizado en Acapulco, el cierre de pequeños negocios se mantiene constante por lo que comienza a afectar a consumidores que viven en la zona suburbana del puerto, alertó la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco-Servitur) en esta localidad.
Javier Saldívar Rodríguez, vicepresidente de esa organización camaral, reconoció que la baja en las extorsiones y cobros de piso, se debe al trabajo que realiza la Policía Federal en coordinación con autoridades estatales y municipales, pero que no es suficiente porque básicamente se enfocan en cubrir el área turística y el centro de Acapulco, dejando vulnerables otras partes del municipio.
Detalló que a la fecha suman unos 250 negocios los que han cerrado definitivamente sus puertas durante lo que va del 2017, siendo principalmente tortillerías, misceláneas, refaccionarias, taquerías, bares y loncherías, los que son afectados por este flagelo que mantiene sin comercios abiertos a varias zonas de Acapulco.
“Debemos reconocer que las autoridades están trabajando para contrarrestar el cobro de piso y las extorsiones. El año pasado llegamos a saber de hasta 100 amenazas diarias contra negocios que están afiliados a nuestra Cámara, pero afortunadamente las cosas parecen que mejoran un poco porque entre enero y marzo esa cifra bajo hasta un 30 por ciento”, puntualizó el empresario.
Destacó que dentro del comercio informal la situación “también es muy grave”, ya que prácticamente ningún ambulante se salva de pagar cuota a las bandas del crimen organizado que operan en la ciudad.
“De eso nadie se salva, porque paga desde el que vende paletas, nieves o elotes, hasta aquellos que comercializan ropa, discos y películas pirata. Incluso se sabe que hasta las sexo servidoras tienen que cubrir montos que van de los 500 a mil pesos por semana para que trabajen sin ser molestadas y menos por las autoridades”.
De acuerdo con datos de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio en el Estado de Guerrero, entre 2015 y 2016, unos 4 mil 800 negocios de diferentes giros cerraron sus puertas debido al cobro de extorsiones, cobro de piso e incluso secuestros.