Ciudad de México. 04 de Febrero del 2018. – Héctor Vasconcelos defiende: pese a lo que digan el PRI, la CIA, los críticos de John Ackerman y las “campañas de desinformación”, no hay lazos extranjeros en la campaña de Andrés Manuel López Obrador. El Kremlin no ronda a Morena.
“Nunca he tenido en ninguna forma contacto con agentes rusos en ningún grado o forma”, sentencia en entrevista con El Financiero. “Y yo fui el encargado de relaciones internacionales de Morena. Eso (el contacto ruso) es algo que ignoro”.
El exembajador de México en Noruega e Islandia, propuesto por el tabasqueño para ocupar la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en caso de ganar la presidencia de la República, es enfático: López Obrador jamás ha tenido acercamiento alguno con el Gobierno de Vladimir Putin o enviados suyos. Tampoco con el de Nicolás Maduro.
Entonces ni con Rusia ni Venezuela.
No tenemos nada que ver con los regímenes recientes. ¡Es infame y no se basa en ninguna realidad!
En respuesta a las acusaciones por parte de agencias estadounidenses como la CIA y el Pentágono respecto a que se ha detectado la intención de Moscú de inclinar la balanza en la elección mexicana como ocurrió en Estados Unidos, Cataluña y Holanda, Vasconcelos recalca que la versión es parte de una campaña propagandística originada en el equipo de José Antonio Meade
No hay evidencias de esa relación, indica. Pero, eso sí, reclama respeto de Washington al proceso electoral.
“Se trata de golpear a AMLO por donde puedan”, subraya el diplomático de carrera, en alusión a los apodos, los memes y las críticas que rondan a López Obrador por sus supuestos nexos con Moscú. “Están tratando de insertar elementos distractorios que nos aparten de los problemas de México”.
¿Preocupa la posibilidad de que el Gobierno estadounidense meta la mano en el proceso electoral de este año?
Ese problema ha sido latente. A lo largo de la historia de México ha habido varios episodios dramáticos en donde la intervención estadounidense jugó un papel sumamente negativo. Estoy pensando en 1913, 1929, etcétera.
Entonces, nosotros esperamos que eso ya no ocurra, esperamos y exigimos el más absoluto respeto a las decisiones soberanas de los ciudadanos mexicanos.
Vasconcelos, a quien tocaría dirigir los destinos de Tlatelolco en un eventual sexenio ‘lopezobradorista’, adelanta un rompimiento con la política exterior que se ha ejercido desde la Cancillería en los últimos sexenios, con miras a regresar a una visión más tradicionalista, basada en máximas como la no intervención, una fuerte presencia latinoamericana y una mayor distancia de los organismos financieros internacionales.
No es revisionismo; lo llama retorno a los principios.
México, enfatiza, no se involucrará más en opinar sobre la política interna de Cuba o Venezuela, ya sea la democratización de la isla o la situación de derechos humanos en el país sudamericano.
A Estados Unidos se le pedirá una renegociación de la Iniciativa Mérida y reenfocar la relación bilateral del combate al narcotráfico hacia el desarrollo.
A Donald Trump “se le obligará” a respetar al país; y la incipiente colaboración mexicana a misiones de mantenimiento de la paz con cascos azules sería sometida a revisión “porque no va por ahí el énfasis”.
En caso de llegar a la Presidencia, ¿cuáles son los lineamientos que se revisarían en materia de política exterior?
Siempre el fundamento de la política exterior de México tiene que ser la preocupación por defender y promover nuestra soberanía. Junto con ello va la cuestión de defender los intereses legítimos de México y eso no tiene por qué implicar una actitud agresiva, como suele suceder en algunos otros países.
Yo diría que buscamos varias cosas: recuperar los principios históricos de la política exterior mexicana que nos han dado éxitos importantes en la política internacional en el pasado.
Cuando México ha ejercido con plenitud su soberanía, y por lo tanto ha tenido una política exterior independiente, puede lograr muchas cosas aunque no sea un país con un poderío militar, o con el tamaño de nuestra economía, que no es de las más grandes del mundo.
¿De qué principios estamos hablando?
Estoy hablando de la no intervención en los asuntos de otros países; eso es crucial, porque sólo defendiendo el principio de no intervención, podremos exigir que otros países no interfieran en lo nuestro, y esto ha sido un drama a lo largo de la historia de México.
Lo principal para nosotros es no permitir injerencias extranjeras, porque cuando han ocurrido, estoy pensando en el Siglo XIX y principios del Siglo XX, las consecuencias han sido tremendas para el país.
¿Es posible en una era como la actual, en un mundo globalizado en donde los Estados deben asumir ciertas responsabilidades, ejercer esta postura de no intervención? Usted fue, por ejemplo, embajador en los países nórdicos, que siempre han esgrimido una fehaciente defensa de los derechos humanos en el mundo.
Para empezar con lo último que acaba usted de mencionar, la defensa de los derechos humanos es central para nuestro país y yo creo que un Gobierno encabezado por el licenciado López Obrador, sostendrá sin duda alguna y con el mayor énfasis la defensa de los derechos humanos en todas sus vertientes y en cualquier parte del mundo.
¿Y cómo ven la relación con Cuba? ¿Cuál sería la posición de AMLO respecto a la democratización de la isla?
Ahí deberemos esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, porque hay muchas cuestiones que no están claras. En teoría se supone que el Presidente Raúl Castro se retiraría del cargo, pero yo no estoy seguro de lo que va a pasar en los próximos meses, ya no digamos en los próximos años; ahí tenemos que observar con mucho cuidado cómo se desarrollan las cosas en Cuba.
¿Pero el nuevo Gobierno buscaría tocar el tema de los derechos humanos o lo dejaría de lado en la relación con Cuba?
Nosotros no buscaríamos intervenir en situaciones específicas en alguna parte del mundo, aunque sí sostendríamos el valor, la valía universal de los derechos humanos. Pero, vamos a esperar que pasa en ese país, en donde pronto habrá necesariamente muchos acontecimientos novedosos.
Con Estados Unidos, López Obrador asegura que obligará a Donald Trump a respetar a México. ¿Exactamente cómo se le va a obligar a eso?
¿Cómo no van a respetar a un Gobierno que realmente surja de los electores? Donde haya sido respetado el voto en el proceso electoral, es decir, un Gobierno legítimo desde el punto de vista político-electoral. Eso se respeta en cualquier parte del mundo.
Si es un Gobierno impuesto por las élites mexicanas, que desde mi punto de vista ha ocurrido en las últimas elecciones del 2006 y 2012, no es respetable. Entonces, la legitimidad que tenga el Gobierno mexicano, si realmente es producto de lo que los ciudadanos elijan en las urnas, ya es un elemento de negociación.
Hace unos días vimos pintas a favor de AMLO en Caracas y otras ciudades venezolanas. ¿Qué dicen a eso?
Todo el tema de tratar de vincular a López Obrador con los regímenes recientes de Venezuela, es nada menos que una infamia. Yo le puedo decir varias cosas: yo he tenido el privilegio de ocuparme de los Asuntos Internacionales de Morena, ya durante varios años, e inclusive, antes de que Morena fuera partido, cuando éramos un movimiento.
Nunca hemos tenido relación con el Gobierno venezolano. He asistido a recepciones diplomáticas protocolarias de la Embajada de Venezuela, de la misma manera que asisto a otras de diferentes Embajadas alrededor del mundo.
¿Cuál sería la postura hacia el deterioro en materia de derechos humanos en Venezuela?
Otra vez, perdón, parece que me repito, pero es esencial. Nosotros no intervenimos en situaciones internas de otros países, porque no queremos y no aceptamos que otro país haga lo propio en México.
¿Por qué se insiste en vincular a AMLO con Rusia?
Porque se trata de golpear a AMLO por donde puedan. Entonces, de aquí a los próximos meses, pues nuestros adversarios políticos, los otros candidatos van a estar tratando de insertar elementos distractorios, que nos apartan de los problemas internos de México.
*Información tomada de El Financiero