Estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), denunciaron una serie de irregularidades en la institución, desde cobros injustificados, actos de hostigamiento, represión y persecución por parte del director, Silvestre Mayo Arredondo y maestros externos.
En conferencia de prensa, expusieron que a raíz de expresar su inconformidad por los cobros excesivos que se hicieron para la inscripción y reinscripción que conforman el grupo político del director, emprendieron una serie de actos de hostigamiento en su contra.
Miguel Ángel Brito, Daniel Ulises Perea, Emilio Hernández, María Abraján y Emmanuel Serrano, detallaron que una de las primeras inconformidades tras el ingreso del nuevo director, fue la imposición y aumento de cooperaciones hasta en un 95 por ciento, lo que impidió a muchos jóvenes seguir con sus estudios.
Sobre este tema, entregaron una solicitud de información a la dirección pidiendo una explicación del porque el aumento, cuando los reglamentos de la universidad no lo permiten, además de que se trataba de una universidad pública a la que ingresan jóvenes de bajos recursos de distintos puntos de la entidad.
La exigencia de transparentar los recursos y la solicitud de una auditoria a las finanzas de la facultad, fueron el detonante para que el director utilizara todo el aparato académico y administrativo contra los estudiantes que no están de acuerdo con sus políticas y sobre todo a los críticos de su administración.
Emmanuel Serrano, a nombre de sus compañeros, y de otros jóvenes que por temor a represalias no se atrevieron a denunciar, señaló que el director ha contratado personal externo para avasallar ya no solo a estudiantes, sino a maestros con muchos años de antigüedad, quitándoles carga laboral y afectando con ellos sus derechos laborales.
Incluso dijo, que hay al interior de la administración, en cargos de secretarios y asesores un grupo de “porros”, que introdujeron a la facultad bajo el esquema de becarios, quienes están haciendo el trabajo sucio para hostigar, reprimir y acosar a la comunidad estudiantil, y evitar que se llame a cuentas a los directivos.
Las denuncias las han hecho llegar a la rectoría universitaria, al Consejo Universitario, y han buscado dialogar con su director, pero les negado la audiencia, por lo que ahora elevaron su protesta al Congreso del Estado y la Auditoría Superior del Estado, para que revisen todo este tipo de irregularidad.
Pidieron que la contratación de nuevos maestros sea a través del examen de oposición, que tengan capacidad y preparación probada, y que se busque la acreditación de la Facultad, que cada vez se encuentra más abandonada, sin mobiliario y sin equipo tecnológico.
Solicitaron la salida inmediata de maestros “improvisados” que están siendo utilizados como brazo ejecutor de la represión, y que dan un trato discriminatorio a quienes no se someten a sus políticas; también la salida de “porros”, que fueron contratados como becarios y que están utilizando espacios que podría ocupar gente útil para la facultad.