Por: Enrique Villagómez/Staff Digital Guerrero
Acapulco Gro; a 11 de noviembre del 2020.- Para el sindico administrativo del Ayuntamiento en Acapulco, Javier Solorio Almazán, durante el 2021, la ciudadanía deberá ponerles fin a los charlatanes de la política, porque en la gran mayoría de las veces quienes han ocupado cargos públicos, son precisamente eso, charlatanes de la política.
De esta manera respondió a una pregunta sobre la alianza PRI-PRD, que busca ganar la gubernatura de Guerrero durante los comicios del próximo año.
En su acostumbrada conferencia de prensa semanal, el doctor Solorio Almazán, aseguró que “nadie podrá detener el avance de la cuarta transformación, porque difícilmente, los guerrerenses y particularmente los acapulqueños en el 20121, se van a suicidar, eligiendo inadecuadamente a quienes los van a representar en el gobierno”.
“Guerrero y Acapulco ya pagaron todas las cuotas que tenían que pagar. La cuta de pobreza, la de sangre y la cuota ecológica que estamos pagando, y por eso creo sinceramente que los guerrerenses y los acapulqueños no se van a suicidar, porque además la cuarta transformación es irreversible”.
En otro tema, el funcionario municipal reveló que la comisión de Hacienda en el Congreso del Estado rechazó la Ley de Ingresos que presentó el Ayuntamiento de Acapulco, “porque observó serios errores que afectaran seriamente la economía de la población acapulqueña.
Ante ello, el síndico administrativo aplaudió la medida adoptada por la comisión de Hacienda del Congreso, porque con ello se demuestra las irregularidades con que se aprobó las modificaciones a la base gravable para el cobro del impuesto predial, tal y como lo denunció en su momento y que junto con otros regidores votaron en contra durante la sesión de cabildo correspondiente.
Solorio Almazán también informó que hasta el momento ningún banco ha ofrecido el préstamo de 200 millones de pesos que solicitó el Ayuntamiento de Acapulco para hacer frente a sus compromisos de fin de año, a pesar de que ya se corrigió el error que se cometió durante la primera solicitud, al pretender pagar dicho empréstito con ingresos propios, cuando los bancos lo que quieren son las partidas federales como garantía de pago.
