Por Baltasar Hernández Gómez.
Otra vez Acapulco está en la órbita de observación nacional e internacional. Autoridades, organismos sociales y ciudadanía en general tienen puestos sus ojos en la denominada -hace unos ayeres- “Perla del Pacífico” por las secuelas del sismo del 7 de septiembre pasado y sus réplicas, pero también por el desbarajuste, el caos y las consecuencias desastrosas que dejó el desgobierno de Adela Román Ocampo, así cómo por el manejo que está teniendo la nueva administración municipal presidida por Abelina López Rodríguez en materia de adquisición de equipamiento.
Estoy convencido que más allá de encontrar solución inmediata a los múltiples problemas heredados por administraciones pasadas, pero sobre todo por la que dirigió la Sra. Adela Román Ocampo, es necesario que todas las actuaciones gobernamentales deben ser totalmente transparentes, a fin de evitar cualquier tipo de “sospechosismos” y críticas, más aún cuando se trata de la gestión de una Presidenta que tiene que arreglar la anarquía y el malestar social provocado por la inacción de su predecesora que pertenece al mismo partido: Morena, que es el instituto político fundado por el actual Presidente de la República y donde también milita la Gobernadora electa del estado de Guerrero.
Es claro que ante grandes problemas, como es la acumulación de basura, debe haber enormes y muy planificadas soluciones. Por tanto, no solamente basta ordenar la compra de camiones recolectores de basura a una empresa ubicada en la ciudad de Toluca, Estado de México, sino tener y hacer pública la licitación y cuál va a ser la estrategia de recolección de desechos sólidos por colonia, barrio y fraccionamiento, así como horarios y rutas. En este sentido la Presidenta López Rodríguez tiene que abocarse a resolver rápidamente el tema de distribución permanente de agua potable a toda la zona urbana y conurbada de Acapulco, teniendo presente la zona turística.
Aunado a lo anterior, el nuevo gobierno debe acelerar todo lo concerniente a la dotación de servicios públicos y obras inconclusas, teniendo un servicio eficaz y oportuno de trámites administrativos expeditos y sin corrupción. Abelina López Rodríguez tiene que impulsar un gobierno de puertas abiertas sin desgastarse en aparentar ser la trabajadora número uno, montando escenografías donde sea vista cortando pistones o dando banderazos banderazos de inicio y mucho menos con una escoba o pala en las manos.
Los acapulqueños requerimos de un gobierno que resuelva los avatares que ha enfrentado el Municipio sin que haya cultos a la personalidad ni gastos innecesarios. Los acapulqueños necesitamos una Presidenta entregada y segura que afronte las situaciones prevalecientes mirando a futuro para que haya una función gubernamental sana, sustentable y sostenible.
Creo que la actual Alcaldesa puede hacer un buen papel si desde ahora se afinan los flujos de operatividad administrativa y financiera entre todos los ediles y funcionarios de su gabinete, siendo muy cuidadosa en tomar decisiones correctas que ayuden al beneficio social y económico de Acapulco.
Sólo de esta manera habrá convicción para unir capacidades y confianza para reconstruir lo derruido del ambiente y edificar un Municipio a la altura del nuevo milenio.
Si Abelina López Rodríguez logra el encuadre a través de correctas actuaciones con políticas públicas sensibles se ganará a pulso la empatía y colaboración de todos y así tener 3 años de desarrollo y gobernabilidad.
Una sola cosa más: Abelina López Rodríguez tiene que instruir que se dé celeridad a la aplicación de una auditoría integral a la administración de Adela Román Ocampo, con el propósito de fincar todas las responsabilidades del caso (desde ella como exPresidenta hasta los exEdiles y exfuncionarios) debido a la causa de situaciones obscuras en el manejo administrativo y financiero.
Así sea.