Panamá. 15 de Noviembre del 2016. – Una distorsionada Selección Mexicana rescató un empate sin goles y solo valioso por el hecho de mantener el invicto pese a dos visitas, pero que volvió a sembrar dudas por el mal funcionamiento que tuvo en tierras canaleras y que por lapsos comprometió el resultado.
Los cinco cambios que realizó Osorio, un rival con mayor empaque y hasta una cancha mojada que terminó afectando más al Tri que a los locales fueron algunos factores que dieron como resultado un partido atropellado, cortado con faltas y lejos del vértigo que se sintió en la tribuna.
Panamá con escasos argumentos fue el que tuvo las mejores opciones y que obligaron a qué Ochoa fuera el protagonista de la noche con par de lances para evitar la caída de su marco.
Y es que en los primeros minutos el Tri estuvo lejos de la idea y el fútbol que mostró en Columbus hace algunos días.
Una línea de cuatro defensas que se convertía en tres cuando Rafa Márquez se retrasaba provocaron varias pérdidas de balón que le pusieron nervio al arco mexicano con par de disparos de Blas Pérez y Yoel Barcenas mientras que por México solo un apurado cabezazo de Reyes que se fue por encima.
El complemento no cambió demasiado. México siguió sin idea ofensiva y apenas en un par de tiros de esquina se acercó. Ni el ingreso de Chucky Lozano sirvió para desequilibrar al tiempo que Panamá se disolvía pero faltaba el embate final.
Bolillo Gómez se guardó los cambios para los últimos cinco minutos y con ellos el alarido de la afición que con Tejada se metió al campo y luego celebró como un gol la chilena que el Matador tiró y que fue bien atajada por Ochoa en un deja vu del 2013 pero con la gran diferencia. Hasta en eso el Tri sigue manteniendo otro escalón.
*Información tomada de Medio Tiempo