Gdansk, Polonia. 13 de Noviembre del 2017. – En la conferencia de prensa previa al juego, el técnico Juan Carlos Osorio había declarado que se iría satisfecho si México ganaba 1-0 en Polonia.
Y, en efecto, el colombiano salió con una sonrisa porque el Tri cerró su gira europea con un triunfo por la mínima contra Polonia en Gdansk, en un partido jugado bajo mucho frío y con pocas emociones.
Pese a iniciar con seis cambios respecto al partido en Bruselas, México se vio muy sólido en la defensa y controló el partido de principio a fin. Además, el encuentro también sirvió de marco para el debut como Tricolor de Omar Govea, que tuvo una buena actuación en los minutos que disputó.
El dominante Tricolor complicó la vida de los polacos cuando eran ellos los que tenían el balón. Al minuto 4 fue el primer aviso de Raúl Jiménez, con un remate que fue a las manos del portero Sczeczny y que fue el preludio de lo que pasó poco después.
Fue una jugada que parecía no tener nada, pero la defensa polaca no pudo despejar una pelota que Aquino ya había perdido y la dejó botando en el área grande, una de las especialidades del delantero del Benfica que, sin dudar, la reventó a la red de los europeos.
A partir de entonces, el partido cambió. Osorio había hablado en días pasados de mantener el orden en defensa y dejar pocos espacios, lo que se convirtió en la prioridad de México. El Tri no volvió a generar una oportunidad peligrosa en el primer tiempo, pero limitó a los polacos a disparos de media distancia que no inquietaron a Corona.
La primera peligrosa del segundo tiempo fue al 57′, para los locales. Rybus se deshizo de la marca de Araujo y mandó un potente disparo a primer poste, pero Jesús Corona estuvo atento y despejó con el pie.
Pasó mucho tiempo para que el público se volviera a emocionar y fue Oribe Peralta –que entró de cambio al medio tiempo por Raúl Jiménez- quien levantó a los espectadores de sus asientos. Primero al 76’, cuando no pudo rematar con dirección un centro de Carlos Vela; dos minutos después, mandó un disparo que se fue apenas desviado del marco polaco.
El resto del partido fue esencialmente controlado por la Selección Mexicana, que paseó constantemente la pelota de un lado a otro, sin dejar oportunidad a sus rivales, suficiente para llevarse un triunfo merecido y cerrar invicta su gira europea.
*Información tomada de Medio Tiempo
