Ciudad de México. 14 de Diciembre del 2016. – Con 98 votos a favor, siete en contra y una abstención, el Senado de la República aprobó las reformas a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal para permitir el uso medicinal de la marihuana, al tiempo que faculta a la Secretaría de Salud a diseñar y ejecutar políticas públicas que regulen el uso terapéutico de la cannabis sativa, índica, americana o marihuana.
El dictamen modificó la iniciativa original del Ejecutivo federal que permitía el uso recreativo y el cultivo personal de la marihuana, y privilegió el control regulatorio de la cannabis a través de la Secretaría de Salud. Tampoco se aborda el tema de la dosis máxima de la cannabis para consumo personal. La iniciativa original del presidente Enrique Peña Nieto planteaba un mínimo de posesión de 28 gramos.
El presidente de la Comisión de Salud, Francisco Salvador López Brito, explicó que “los costos que podría alcanzar traer los medicamentos (con cannabis) del exterior no generaría una homologación a todo el sector social”, de ahí que se permita en una primera etapa su importación.
Según López Brito, en una segunda etapa se permitirá la producción nacional de estos medicamentos, ya que se ha demostrado que el uso terapéutico de esta planta puede coadyuvar en el tratamiento de 40 distintas enfermedades.
Para la senadora priista Cristina Díaz, presidenta de la Comisión de Gobernación, las reformas constituyen “un paso histórico, firme y profundo” que abrirá la puerta para resolver una urgencia médica que aqueja a los pacientes que no pueden acceder a los medicamentos derivados de la cannabis.
“Estamos sentando las bases para establecer en nuestro país una industria de producción nacional de medicamentos con cannabis” y se “abre la puerta a científicos mexicanos para realizar protocolos de investigación de esta planta. Esto nos pondrá en la vanguardia internacional”, abundó Cristina Díaz.
A nombre de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, el perredista Miguel Barbosa reconoció que la reforma representa “un avance importante”, pero admitió que “el Poder Legislativo, en su conjunto, quedó muy por debajo de las expectativas de la sociedad en lo que se refiere a la legalización del uso de la marihuana”.
En el mismo sentido, el senador Armando Ríos Pitter afirmó que representa un “avance pequeñito” que tendrá beneficios a pacientes que tendrán acceso a medicamentos y productos para enfermedades dolorosas, pero “celebrar que estamos haciendo un cambio en materia de marihuana es vernos la cara a todos a estas alturas del partido”.
Para Mario Delgado, también de la bancada perredista, ganó el miedo y los prejuicios. Indicó que la reforma no tendrá un impacto real en la dinámica de los cárteles de la droga y la violencia, ya que no despenaliza la posesión de la marihuana para uso personal ni permite portar los 28 gramos que propuso el presidente de la República.
La senadora Martha Tagle Martínez, independiente, descalificó el dictamen porque no considera el autocultivo ni libera la cannabis no psicoactiva. “Es mentira que esta reforma vaya a posibilitar realmente al acceso a los medicamentos derivados de la cannabis medicinal”, sentenció.
En el mismo tenor, la senadora panista Gabriela Cuevas manifestó que el dictamen se quedó corto, ya que se mantiene la prohibición del uso del cáñamo, que es una fuente de alimento –la planta tiene el 34% de proteínas– e indicó que para combatir la violencia derivada del narcotráfico hay que ver más allá del corto plazo.
Roberto Gil Zuarth, senador panista que había presentado una iniciativa despenalizadora, consideró que el mercado negro de la marihuana representa el 40% de los ingresos del crimen organizado, pero que la legalización no desaparecerá la violencia en el país ni reducirá sensiblemente sus ganancias.
*Información tomada de Proceso