Ciudad de México. 12 de Enero del 2017. – Soldados estadunidenses entraron el jueves a Polonia, cumpliendo el sueño que albergan algunos polacos desde la caída del comunismo en 1989 de tener tropas de Estados Unidos en su territorio como disuasión ante Rusia.
En tanto, Rusia aparentemente tomó la presencia de fuerzas estadunidenses en su umbral como una provocación.
“Lo percibimos como una amenaza”, dijo el vocero del presidente Vladimir Putin, Dmitry Peskov. “Estas acciones amenazan nuestros intereses, nuestra seguridad”.
Vehículos militares y soldados con ropa de camuflaje cruzaron por la mañana al suroeste de Polonia desde Alemania y se dirigían a Zagan, donde tendrán su base. El primer ministro y el ministro de Defensa presidirán ceremonias oficiales de bienvenida el sábado.
Estados Unidos y otras naciones occidentales han realizado maniobras en la zona oriental de la OTAN, pero este despliegue estadounidense, con 3 mil 500 efectivos, inicia la primera presencia continua en la región de un aliado de la coalición militar. Cumple una promesa del presidente Barack Obama de proteger una región donde cundió el temor cuando Rusia arrebató Crimea a Ucrania en 2014 y empezó a respaldar a los rebeldes en el este ucraniano.
“Este es el cumplimiento de un sueño”, dijo Michal Baranowski, director del instituto de investigaciones alemán Marshall Fund en Varsovia. “Y esto no es una presencia simbólica, sino que tiene verdadera capacidad”.
Pese a las celebraciones, una nube se cernía sobre el momento histórico: las preocupaciones sobre que el aumento de seguridad pueda verse socavado por la postura pro Kremlin del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
“Sobre todo porque concierne a un tercero que fortalece su presencia militar cerca de nuestras fronteras”, dijo Peskov en conferencia de prensa telefónica. “Ni siquiera es un estado europeo”.
Los temores sobre la permanencia de los nuevos compromisos estadunidenses están arraigados en una historia nacional trágica, en la que Polonia frecuentemente ha sido la perdedora en los acuerdos hechos por las grandes potencias sin su participación.
Los polacos todavía se sienten traicionados por la decisión de Obama, a inicios de su gobierno, de abandonar un plan de instalar un gran sistema de defensa misilística en Polonia y reemplazarlo por un plan más modesto como parte de una “reformulación” de las relaciones con Moscú.
*Información tomada de La Jornada