Ciudad de México. 02 de Septiembre del 2016. – El rechazo a la visita del magnate estadunidense Donald Trump, candidato presidencial republicano, por invitación del mandatario Enrique Peña Nieto, así como los halagos formulados por el coordinador del PVEM, Jesús Sesma, al Ejecutivo federal, caldearon los ánimos en la primera sesión de la Cámara de Diputados, en donde los partidos políticos fijaron su postura por el IV Informe de Gobierno.
La coordinadora de la bancada de Morena, Rocío Nahle, rompió el reglamento impuesto por el presidente de la Mesa Directiva, el panista Edmundo Javier Bolaños, quien pidió a cada orador hablar sólo por diez minutos. La legisladora veracruzana le recordó que el reglamento avala que pueden hacer uso de la tribuna hasta por 15 minutos. “Le pido diputada que acate el acuerdo”, señaló Bolaños. “Yo cumplo con la ley”, replicó Nahle.
Nahle comenzó su discurso refiriéndose al análisis exhaustivo que realizará la bancada de Morena al IV Informe. Seguirán, advirtió, criticando el uso de la fuerza “para someter a un pueblo irritado” por la inseguridad y la violación a los derechos humanos, así como la conducción errada en la política internacional. “Como señaló el presidente Benito Juárez, ‘entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’”.
En ese momento, la coordinadora de Morena cuestionó: “¿Cómo es que Peña Nieto en forma irrespetuosa se metió en la soberanía de otro país? ¿Por qué no se esperó a después de la elección de Estados Unidos e invitó al vencedor o vencedora? ¿Por qué lo invitó pese a los insultos del candidato republicano a los mexicanos? ¡Cuántos errores ha cometido! Nos pronunciamos por el irrestricto respeto de las naciones”.
Rechazó además la decisión de las instituciones electorales de quitarle el triunfo a Soledad Luévano a la alcaldía de Zacatecas. “¡Eso se llama fraude!”, espetó. Añadió que este tipo de actitudes se suman al descontento social, al grado de que los mercados financieros han perdido la confianza en el país y en las llamadas reformas estructurales.
“¿Cómo es posible que la gasolina cueste en México 14 pesos el litro y en Estados Unidos sólo nueve pesos? En Guatemala, donde no hay hidrocarburos, la gasolina cuesta menos”, recalcó.
La legisladora sumó a su discurso el descontento social derivado de la reforma educativa el cual, alertó, podrá desembocar en un estallido social o más represión, como en Nochixtlán, Oaxaca, donde policías dispararon contra la gente que repudiaba esa reforma.
Cuando la legisladora rebasó los diez minutos de discurso comenzó la rechifla de sus opositores priistas, panistas, perredistas y del Verde Ecologista. Morena aplaudió y Nahle terminó su intervención.
Siguió Jesús Sesma, el coordinador de los diputados del PVEM, quien provocó el descontento de diputados de izquierda por sus halagos hacia la gestión de Peña Nieto. El presidente, sostuvo, “pasará a la historia por haber hecho las reformas estructurales”, de inmediato priistas y panistas aplaudieron y, de pie, corearon “¡Peña! ¡Peña!” La oposición respondió con un “¡Fuera!, ¡fuera!”. El del Verde machacó: “Los resultados están en los hechos, no creerlo es una traición”.
Y siguió: A cuatro años de gobierno peñista hay resultados en seguridad, economía, la creación de dos millones de empleos formales, cuatro millones de personas afiliadas al Seguro Social, cifras que Sesma siempre comparó con los dos últimos sexenios, el de los panistas Felipe Calderón y Vicente Fox. “¡Podemos hablar –y horas– de los resultados de la administración de Enrique Peña Nieto!”, expresó, y con ello desató los reclamos.
Diputados de Morena se colocaron del lado derecho del recinto para exhibir dos enormes mantas con las leyendas: “¿Y la dignidad… EPN?”, y “¡Fuera Trump de México!”.
Entonces los gritos de los priistas y de los del PVEM, junto a los de Morena, se confundieron entre los de apoyo a Peña y quienes gritaban “¡Fuera!”.
Por ello se interrumpió la sesión unos minutos. “¡México se mueve con más rigor que en los últimos quince años y casi nadie hace referencia a eso!”, sentenció el líder de la bancada del Verde y los gritos volvieron a retumbar en San Lázaro.
Cuando Sesma decía que “siempre se sostendrá que todo podrá ir mejor”, los diputados de Morena mostraron dos piñatas con las figuras de Trump y de Peña Nieto.
Siguió la rechifla de los de Morena cuando Sesma trajo a colación la anécdota de “los cangrejos mexicanos y los internacionales”, donde los primeros impiden a otros avanzar. Enseguida las diputadas de Morena sacaron otra pancarta contra el muro propuesto por Trump, pero las legisladoras priistas se colocaron enfrente para que no pudiera observarse el mensaje.
En ese momento, el presidente de la Mesa Directiva, Javier Bolaños, detuvo el cronómetro hasta que se calmaran los ánimos. Faltaban 3 minutos con 45 segundos para que Sesma terminara su discurso. Frente a las banderas que enmarcan la tribuna del pleno, se suscitaron empujones entre priistas y morenistas.
A gritos, Sesma retomó su discurso: “Si le va bien a Enrique Peña Nieto y a su gobierno, nos irá muy bien a los mexicanos. Si no somos capaces de ayudarnos unos a otros, ninguno lo hará. En el Partido Verde admiramos mucho a Peña por su valor. Juntos empezamos este proyecto y juntos lo terminaremos”.
Después esbozó una defensa de la familia de Peña Nieto, aunque sin mencionar nombres ni casos de corrupción, como la Casa Blanca o los excesos de gastos en viajes o enseres de sus hijos e hijastros, a costa del erario.
Por ello los legisladores de Morena contaron de manera regresiva los diez minutos que le quedaban de discurso al del Verde, pero el presidente de la Mesa Directiva, del PAN, repuso a Sesma un minuto con 53 segundos, no sin antes recordarle en tres ocasiones que terminara ya de una vez de hablar.
Concluida su intervención, el diputado del Verde bajó de la tribuna en medio de un coro de morenistas que le gritó en varias ocasiones: “¡Barbero!, ¡barbero!, ¡barbero!”.
Antes del desaguisado habló el coordinador de los diputados de Movimiento Ciudadano (MC), Clemente Castañeda, quien de manera mesurada repudió el encuentro Trump-Peña porque, dijo, “han sido las 36 horas más insignificantes del sexenio”, intervención que le valió los aplausos. Con esta visita, añadió, “el gobierno demostró que no le tiene miedo al ridículo” pero, lo peor, deploró, es que “no sólo exhibió a su gobierno sino al país”.
*Información tomada de Proceso