La señora Irene Casarrubias, quien padece de problemas de la vista y sufrió la muerte de una hija con discapacidad, urgió la ayuda de los tres niveles de gobierno para poder enfrentar los problemas con su familia.
La hija de la señora Irene Casarrubias falleció el lunes y por la noche de ese día la velaron en su humilde vivienda del barrio de El Comino, en el centro de esta ciudad porteña.
Este martes por la tarde llevaron a su hija en su ataúd a su última morada, el panteón de El Palmar, en Paso Texca.
Llorando la partida de su hija Karina López Casarrubias, dijo que “yo no veo bien. Me dedico a lavar ajeno para mantener a mis hijos y quiero que el gobierno estatal y federal me ayuden para salir adelante, ya que me quedan dos hijos discapacitados Enrique y Edith López Casarrubias, a quienes todos los días debo cuidar y alimentar”.
Sus hijos Enrique y Edith López Casarrubias, se quedaron en su humilde vivienda. Por sus discapacidades no asistieron al sepelio de su hermana Karina.
Edith se quedó recostada sobre la cama. Perdida en el limbo. A simple vista se aprecia su condición precaria.
Enrique, igual. Recostado en una silla tipo “concha”. Frente a él pasaron cargando el ataúd con el cadáver de su hermana Karina. Ninguna reacción. Nada…
De hecho, por sus condiciones, ambos ni se percataron de esta tragedia familiar.
Vecinos solidarios llevaron el ataúd, ante el cual lloró todo el tiempo la señora Irene, sin dejar de acariciar y besar a Karina, quien tenía aproximadamente 40 años.
Y no pasó por alto el apoyo de la alcaldesa Adela Román Ocampo. Lo agradeció abiertamente, entre su desesperación y llanto.
Contó que buscó a la alcaldesa de Acapulco, quien la atendió e instruyó a personal del Ayuntamiento para brindarle la ayuda necesaria. Le proporcionaron el ataúd y respaldo para velar y sepultar en el panteón de El Palmar a Karina.
Y que también le prometió su respaldo para que sea tomada en cuenta en el programa para discapacitados pobres que impulsará el presidente de la República electo, Andrés Manuel López Obrador.
Pero por ahora demandó la solidaridad de los tres niveles de gobierno para contar con un apoyo económico que le permita vivir de manera digna con sus otros dos hijos (Enrique y Edith López Casarrubias), igual discapacitados, además de atención médica y medicinas para ellos. (www.agenciairza.com)
