Chilpancingo, Gro. 27 de Agosto del 2017. – El 13 de abril del 2012, ante cientos de personas que se concentraron en la Plaza Cívica “Primer Congreso de Anáhuac” de esta ciudad capital, el entonces candidato presidencial de la coalición “Compromiso por México” (PRI y PVEM), Enrique Peña Nieto, firmó el compromiso de que durante su gobierno se resolvería la secular carencia de agua potable en Chilpancingo.
Sin embargo, esta promesa al igual que la obra del rescate del Acapulco Tradicional, a lo que se comprometió ese mismo día en otro acto de campaña en ese puerto, siguen sin cumplirse.
Aquí en la capital, el problema de la escasez del vital líquido cada vez se agrava más, lo que ha motivado que habitantes de las colonias marginadas y de los cuatro barrios tomen casi a diario las calles para exigir el suministro de ese vital líquido.
María Elena Marino, vecina de la calle Emiliano Zapata de la colonia Tierra y Libertad, exigió al presidente Peña Nieto que cumpla con lo que prometió en su acto de campaña, hace ya más de cinco años en esta ciudad.
“Yo tengo agua una vez cada dos y hasta tres meses, pero el recibo de cobro por parte de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (CAPACH) llega puntual a mi casa”, afirmó la señora que fue entrevistada cuando acudió a este organismo para pagar el consumo del mes.
Dijo que debido a que no les cae el agua en su toma domiciliaria, tienen que comprar una pipa que a veces les cuesta hasta 500 pesos.
El catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), plantel Chilpancingo, Humberto Santos, dijo que desde siempre las promesas de campaña de los políticos nunca se cumplen, y este es el caso de Peña Nieto.
“Aquí en Chilpancingo ninguna autoridad resuelve los problemas más inmediatos, como es el suministro del agua, la recolección de basura, y ya no se diga el tema de la inseguridad”, comentó el académico.
Durante su campaña, Peña Nieto también prometió que durante su gobierno rescataría el Acapulco tradicional, embelleciendo y mejorando los servicios públicos de esa zona vieja de la ciudad y puerto.
Sin embargo, a cinco años de su gobierno, sólo se está realizando la remodelación del Zócalo acapulqueño, obra que se inició desde el 2015 y que aún no concluye y está plagada de vendedores ambulantes, ante la mirada complaciente de policías de distintas corporaciones.