Chilpancingo, Gro. 16 de Mayo del 2018. – Este jueves 17 de mayo se conmemora “Día Mundial de la Hipertensión”, fecha creada para tomar conciencia sobre los peligros de esta patología; factor de riesgo más importante para desarrollar enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el mundo.
La hipertensión arterial se define como la elevación sostenida de las cifras de presión arterial por arriba de los niveles considerados como normales. Para clasificar a un individuo como hipertenso, debe tener una presión arterial mayor a 140/90mmHg.
En México, la mortalidad por hipertensión está entre los primeros lugares entre la población económicamente activa, y no obstante que se tienen programas de prevención para reducir o controlar esta enfermedad, es de gran importancia que la población adopte un estilo de vida saludable.
La mitad de los pacientes, sobre todo los jóvenes, ignoran que la padecen, debido a que el diagnóstico depende única y exclusivamente de la correcta medición de la presión arterial.
A pesar de ser una enfermedad tan frecuente, en la mayoría de los casos la presión elevada no produce ninguna molestia, por este motivo ha sido denominada “el asesino silencioso”, debido a que al evolucionar en forma crónica puede provocar infartos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal, entre otras afecciones.
Algunos síntomas de la hipertensión arterial son: dolor o sensación de pesadez de cabeza, mareo ligero, palpitaciones, zumbido de oídos, entre otros.
Los factores externos que favorecen que se manifieste son: el consumo de sal en exceso, la falta de ejercicio, el sobrepeso y la obesidad; el tabaquismo, el estrés excesivo, así como el abuso del consumo de alcohol.
La mortalidad por hipertensión se ubica dentro de los primeros lugares en el país. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2016), uno de cada cuatro adultos en México la padece, y es una afectación que se presenta más en mujeres que en hombres.
El grupo de edad de prevalencia más alta está en los adultos de 70 a los 79 años de edad, mientras que el menos afectado es el de los 20 a 29 años.
