Acapulco, Gro. 24 de Mayo del 2018. – Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guerrero indicaron que la exposición prolongada a las altas temperaturas ambientales puede provocar desde la pérdida de agua y electrolitos, que son elementos esenciales para el funcionamiento del organismo humano, hasta el cáncer de piel.
Las personas sanas toleran una variación de temperatura hasta de tres grados centígrados, pero después de los 37 grados centígrados se desencadena un mecanismo de defensa.
Actualmente se registran temperaturas elevadas de hasta 36 grados –y que llegan a elevarse en la sensación térmica-, y una persona al exponerse a esta combinación, puede iniciar con sensaciones de agotamiento hasta el golpe de calor o insolación.
El médico epidemiólogo del equipo de Supervisión delegacional, Lino Núñez, detalló que el golpe de calor se produce por una exposición prolongada al calor, o por realizar ejercicio físico o trabajar intensamente en un ambiente caluroso, de manera que el cuerpo pierde muchos líquidos por el sudor.
El agotamiento se produce por una considerable pérdida de líquidos y sales minerales debido al sudor profuso. Se manifiesta con sensación de cansancio, flacidez y desmayo, y se acompaña de cefalea, náuseas y vómitos, pulso débil y rápido, respiración acelerada y piel fría, pálida y húmeda.
La persona sufre un aumento de la temperatura hasta de 40 grados centígrados, con cefalea, náuseas, somnolencia y sed intensa; la piel se pone seca, enrojecida y caliente. Si es grave, la insolación puede provocar un estado de confusión, convulsiones y pérdida de la conciencia.
El médico detalló que si el paciente registra una temperatura promedio de 40.6 grados centígrados, taquicardia, hipotensión y respiración jadeante.
Agregó que la población no debe confiarse con el calor extremo, principalmente en los extremos de vida, niños y adultos mayores, y evitar hacer ejercicio en las horas de mayor intensidad solar.
El médico Núñez recomendó a la población a tomar las precauciones para protegerse de los rayos del sol, como el uso de gorras, viseras y/o sombreros, vestir ropa ligera y de colores claros para reflejar el calor y la luz del sol y mojarse la cara frecuentemente.